Una de las estructuras más comunes para tratar con fracturas y luxaciones son los diferentes tipos de férulas de inmovilización que indican los especialistas para asegurar la cicatrización de los tejidos o la corrección adecuada del hueso e ir recuperando movilidad.
En Ortocore te presentamos las nociones básicas sobre esta estructura médica, sus efectos y cuál de los tipos de férulas de inmovilización resulta mejor para las distintas lesiones.
Las férulas inmovilizadoras son una de las herramientas ortopédicas más prácticas de utilizar en diversos tratamientos médicos. Algunas de las zonas más comunes para utilizar los distintos tipos de férulas de inmovilización son:
En el medio, las diferentes férulas se fabrican partir de varios materiales más resistentes o suaves como el aluminio, la tela, el yeso, madera entre otros. Dependiendo del tipo de lesión, llega a necesitarse un material en específicos de férula de inmovilización, como por ejemplo las muñequeras son una combinación elaborada con materiales transpirables confortables, que a su vez logran mantener en un estado semi o rígido por completo, la parte lesionada.
La función principal de los diferentes tipos de férulas de inmovilización es impedir el movimiento en la zona lesionada para poder cumplir con el proceso de recuperación del tejido o hueso. De esta forma, las férulas inmovilizadoras articuladas impiden el movimiento de las articulaciones del área afectada, mientras que las férulas no articulares estabilizan por completo la estructura.
En ese sentido, las férulas articulares tratarán de ejecutar una inmovilización controlada en la articulación. Un ejemplo perfecto de ello se denota en una muñequera con férula palmar con la cual podrás lograr la estabilización de una muñeca que padezca de algún traumatismo sin fractura como esguinces, sinovitis etc.
Existen dos usos básicos de las férulas de inmovilización que corresponden la gravedad de la lesión. El primero atañe a los casos en los que se presente un tipo de luxación o fractura, con la cual logres preparar la zona para una intervención quirúrgica.
Por ejemplo, los especialistas suelen indicar una muñequera semirrígida con férula palmar-dorsal y pulgar en lesiones y traumatismo como tratamiento pre y posoperatorio de lesiones en la muñeca, pulgar o problemas como tendinitis.
El segundo uso de los diferentes tipos de férulas de inmovilización difiere del primero en el periodo de utilización, ya que no es temporal sino más bien prologando en el tiempo, debido a las circunstancias de la lesión. Con esta se trata de cicatrizar por completo el área, de manera que difiere en apariencia de las órtesis temporales, siendo más rígidas en tanto material.
Una muñequera rígida suele ser la opción indicada que recomiendas los especialistas para un uso prolongado. Con una férula palmar rígida se consigue tratar problemáticas de difícil curación como el síndrome del túnel carpiano o crisis presentadas por enfermedades degenerativas como artrosis.
Imagina que te hayas fracturado la rotación radial de 4º y 5º Metacarpiano con una muñequera con férula palmar-dorsal logrando reducir la lesión al inmovilizar de forma controlada la articulación metacarpofalángica e interfalángica, hasta reducir la fractura por completo.
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